-¡A
desayuuuunaaaaaaar!
Ese es el grito que todas las mañanas despiertan a Gin y a su padre.
Lavinia es la única que se ha encargado de las tareas de la casa
desde que su madre
murió en la guerra, desde aquel preciso momento su
padre se pasa el día encerrado en la habitación perjurando
que trabaja en una importante misión que le han puesto sus jefes,
pero Lavinia y ella
saben que realmente no trabaja sino que sigue escondido de los malos
recuerdos que le
vienen a la cabeza cuando hablan de su madre, Sonia.
Recuerda ese día mejor que ningún otro. Atravesaban una guerra
diferente a las que estudiaba en clases de historia. Por aquel tiempo
su hermana Lavinia, de apenas diez años, aun no sabia todavía que
las guerras existieran siquiera. “Que inocentes eramos todos por
aquel tiempo...”
En aquella guerra luchaban entre ellos mismos. El líder que
gobernaba aquellos días, les había enfrentado unos contra otros
dividiéndolos en dos bandos, uno de ellos defendían al gobernante y
a sus medidas políticas. Una de esas medidas era la entrega de una
exigua cantidad de alimento, que a duras penas daba para alimentar a
una familia de manera decente, al bando contrario.
Un día todas las penurias que atravesaban los famélicos ciudadanos
terminaron por hacer estallar una violenta guerra, el pueblo se
levantó contra su tiránico gobernante que no tuvo más remedio que
pagar a un grupo de las escasas familias que aún le apoyaban para
defenderle. Por desgracia, su madre se vió envuelta en las dos caras
de la guerra. Como único médico del pueblo todos los que caían
enfermos o heridos debían acudir a ella, su padre también cayó mal
herido y ella arriesgó su vida por conseguir las plantas que podrían
mejorar su estado de salud. Sin embargo, su familia pertenecía al
bando contrario y el gobernante creyendo que el mostrar más interés
al bando de su familia era un acto de rebelión tomó represalias con
ella. Encarcelada y siendo castigada con su muerte delante de todo el
pueblo inició un movimiento donde hasta el propio bando del
gobernante le dio la espalda. Pocos días después de la muerte de su
madre, viéndose solo e indefenso el gobernante se dejó atrapar
siendo despedazado por una turba furiosa. Pocos años después todo
se había restaurado, los edificios antiguos habían sido
reemplazados por unos más modernos gracias a la cordialidad de los
pueblos de occidente que les enviaron material suficiente y ahora
todas las personas le daban la vuelta a ese tema, todos lo evitaban,
los momentos de sufrimiento eran evitados.
Al recordar esto un cúmulo de lágrimas brotan de sus ojos y
empiezan a caer una a una.
- ¡Ginger, baja a desayunar ya!
- Ya voy, ya voy
- ¡Ginger, baja a desayunar ya!
- Ya voy, ya voy
Se
limpia las lágrimas y se viste rápidamente, un pantalón vaquero,
una camisa blanca y una chaqueta negra, después se enfunda los pies
en unas botas militares negras y baja corriendo las escaleras. Cuando
entra en la cocina solo se encuentra Lavinia en ella.
- Lav, ¿dónde está papá?
- Donde siempre, en el estudio, no se ha movido de allí desde anoche, cada vez está peor.
- Tal vez debería ir a hablar con él.
- Ya lo harás después, ahora me interesa que vayas a trabajar.
- Lav, ¿dónde está papá?
- Donde siempre, en el estudio, no se ha movido de allí desde anoche, cada vez está peor.
- Tal vez debería ir a hablar con él.
- Ya lo harás después, ahora me interesa que vayas a trabajar.
Lavinia coge el pelo de su hermana, que está disfrutando de sus dos
tostadas, y empieza a trenzarlo
- ¿Sabes? Me gusta verte con trenzas. Tu pelo negro recogido te resalta esos ojos verdes tan bonitos que sacaste de mamá
- Lav, no es el momento, además ya he olvidado gran parte de lo que recordaba de mamá.
- Eso es mentira Gin, recuerdas perfectamente como nos cuidaba y por ello te encargas de conseguir todo lo que necesitamos para salir adelante, además yo recuerdo menos que tú, era más pequeña.
- ¿Sabes? Me gusta verte con trenzas. Tu pelo negro recogido te resalta esos ojos verdes tan bonitos que sacaste de mamá
- Lav, no es el momento, además ya he olvidado gran parte de lo que recordaba de mamá.
- Eso es mentira Gin, recuerdas perfectamente como nos cuidaba y por ello te encargas de conseguir todo lo que necesitamos para salir adelante, además yo recuerdo menos que tú, era más pequeña.
Lav siempre tenía razón,ella nunca se ha olvidado de su madre, de Sonia,(siempre se
negó a llamarla mamá, mientras vivia), pero curiosamente desde el
día que falleció la
comenzó a llamar así. Creía que se sentiría más orgullosa, que
esté dónde esté
podría darse cuenta de que la echa de menos y que volvería alguna
vez, pero ya ha
madurado lo suficiente como para saber que no, nunca volverá, solo
quedaron sus
recuerdos, aunque su padre nunca ha perdido la esperanza; al
contrario que él, Lav también ha madurado lo suficiente como para
saber que eso no ocurrirá, le da pena. En estos pocos años,ya no
aparenta ser una niña de quince años, sino una mujer de diecisiete,
aunque ella dice lo mismo de Gin, lo único que le hace joven es
cuando está con Ian, pero hace unas semanas que no lo ve, tal
vez después de trabajar debería pasar por la panadería, trabaja
allí con su madre desde que su padre también murió en la guerra.
Antes de salir de casa se acerca al estudio de su pobre padre, abre
la puerta y allí lo
ve, encerrado en sus recuerdos, en esa fría habitación gris,
sentado en esa silla de
piel marrón mirando la fotografía de Sonia y Lav juntas, la
fotografía de ellos dos en la
boda, todos los días las repasaba una detrás de otra. Se acerca le
da un beso y este la
mira fuertemente tristemente o tiernamente con sus ojos negros a
través de las gafas
de montura dorada, todas las mañanas ocurre lo mismo mira, llora un
poco y la deja ir
sin decir nada, hace tiempo que no le habla pero ella lo intenta cada
mañana, algún día
funcionará.
- Qué pases un buen día Carl, espero que tu trabajo vaya mejor, seguro que mamá está muy orgullosa de ti, estás trabajando mucho.
- Qué pases un buen día Carl, espero que tu trabajo vaya mejor, seguro que mamá está muy orgullosa de ti, estás trabajando mucho.
Sale
del estudio, cierra la puerta, y vuelve a la cocina, mira que tiene
preparado Lavinia para hoy, dos manzanas, dos bocadillos y dos zumos,
la mira extrañada mientras ella le responde con una sonrisa.
- ¿Dos? Vaya, no se si tomármelo como una indirecta de que me estás llamando gorda – se ríe.
- No subestimes el poder de una hermana Gin, hoy deberías ir a ver a Ian en la hora del almuerzo.
- Pero, ¿cómo puedes saber siempre lo que intentó hacer?
- No lo sabía, pero hacía tiempo que no ibas a verlo y llevabas días tristona, no sé si era porqué no lo habías visto o porqué se acerca la fecha clave de mamá, y en cualquiera de los casos, deberías ir a ver a Ian, el te entenderá estoy segura.
- Ya no sé ni donde encontrarlo Lav – se deja caer en la silla, que su hermana siempre se huela sus planes y le de su opinión la destroza, pero por regla general no solía equivocarse.
- Pero yo sí, hoy no trabaja en la panadería, lo vi ayer, pensaba ir a dar una vuelta solo pero le dije que le acompañarías, así que no me falles.
- ¿Dónde? ¿A qué hora? - se levanta de la silla rápidamente y enseguida toma conciencia y vuelve a sentarse, no quiere sonar desesperada, lo echa mucho de menos, es su mejor amigo y siempre ha sabido calmarla.
- A la una y media, en el parque que hace esquina con la panadería de su madre.
- Vale gracias – se dirije hacia la puerta y justo antes de salir oye a Lav llamarla, se da la vuelta - ¿qué quieres ahora?
- Nada, nada – se ríe – pero intenta no sonar tan desesperada como antes, no me lo vayas a espantar tampoco, aunque si no se ha espantado ya con el carácter que tienes normalmente.. - se vuelve a reir.
- Adiós Lav – y deja cerrar la puerta detrás de ella.
- ¿Dos? Vaya, no se si tomármelo como una indirecta de que me estás llamando gorda – se ríe.
- No subestimes el poder de una hermana Gin, hoy deberías ir a ver a Ian en la hora del almuerzo.
- Pero, ¿cómo puedes saber siempre lo que intentó hacer?
- No lo sabía, pero hacía tiempo que no ibas a verlo y llevabas días tristona, no sé si era porqué no lo habías visto o porqué se acerca la fecha clave de mamá, y en cualquiera de los casos, deberías ir a ver a Ian, el te entenderá estoy segura.
- Ya no sé ni donde encontrarlo Lav – se deja caer en la silla, que su hermana siempre se huela sus planes y le de su opinión la destroza, pero por regla general no solía equivocarse.
- Pero yo sí, hoy no trabaja en la panadería, lo vi ayer, pensaba ir a dar una vuelta solo pero le dije que le acompañarías, así que no me falles.
- ¿Dónde? ¿A qué hora? - se levanta de la silla rápidamente y enseguida toma conciencia y vuelve a sentarse, no quiere sonar desesperada, lo echa mucho de menos, es su mejor amigo y siempre ha sabido calmarla.
- A la una y media, en el parque que hace esquina con la panadería de su madre.
- Vale gracias – se dirije hacia la puerta y justo antes de salir oye a Lav llamarla, se da la vuelta - ¿qué quieres ahora?
- Nada, nada – se ríe – pero intenta no sonar tan desesperada como antes, no me lo vayas a espantar tampoco, aunque si no se ha espantado ya con el carácter que tienes normalmente.. - se vuelve a reir.
- Adiós Lav – y deja cerrar la puerta detrás de ella.
No está mal pero en vez de poner esos puntitos pon el guión largo tal que así:
ResponderEliminar—Nada, nada —se ríe— pero intenta no sonar tan desesperada como antes, no me lo vayas a espantar tampoco, aunque si no se ha espantado ya con el carácter que tienes normalmente.. —Vuelve a reír con ganas.
—Adiós Lav —y deja cerrar la puerta detrás de ella.
Además te recomiendo que te bajes el word para que te corrija algún que otro fallo ortográfico que tienes. Saludos y estaré atenta a tu novelilla.
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Te invito a mi blognovela negra que llevo escribiendo desde hace unos meses y no me va nada mal.
http://retratodeunasesino.blogspot.com.es/
Muchas gracias, lo siento he estado ocupada por eso no había contestado.
ResponderEliminarMe he pasado, me gusta y te sigo.
No puedo ponerlos, mi ordenador está medio estropeado y solo me permite poner puntos, en el original tengo guiones largos..
Por ahora está bastante bien, seguiré leyendo a ver como continúa :)
ResponderEliminarMuchas gracias. Espero que te siga gustando.
EliminarUn besitoo
No está nada nada nada mal, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, sigue leyendo y dando tu opinión. Un besito.
EliminarHola, esta muy bien me gusta mucho, parece interesante y seguiré leyendo. Me han gustado mucho los nombres que has escogido para los personajes. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias por gastar un poquito de tiempo en mi blog. Espero que te siga gustando, esta semana vuelvo(la anterior estaba de vacaciones) Muchos besitos
EliminarEstá interesante iré por el segundo capítulo, veo que hay muchos mas. =)
ResponderEliminarEspero que te guste y que te pases más de una vez. :)
EliminarUn saludo
También escribo una historia, bueno, aunque no estoy segura de como se me de la escritura me divierte hacerlo (reconozco que tengo errores que mejorar). Espero puedas pasarte por ahí. Saludos.
ResponderEliminarhttp://cuerpoyalmaunahistoria.blogspot.com/2012/10/capitulo-i_21.html
Todos tenemos muchas cosas que mejorar, eso no lo dudes nunca.
EliminarSerá todo un placer pasarme por tu blog, allá voy.
Saludos.
hola. soy el que ha puesto que le ha parecido interesante, lo primero porque está bien escrito, y lo segundo porque la historia del padre traumatizado y la manera de explicarla me ha llegado y me ha enganchado, me leeré el segundo capítulo mañana mismo. yo también llevo un blog, te dejo la dirección por si quieres curiosearlo, escribo un poco de todo http://alejandrovargassanchez.blogspot.com saludos
ResponderEliminarHola, me alegro mucho que te haya parecido interesante ya de por si el primer capítulo puesto que es el más desastre debido a mi inexperto modo de contar las cosas en ese momento, todo se aprende debido a la experiencia. Espero que el segundo y el tercero e incluso el que publiqué hace muy poco, el 25, te hayan seguido gustando a cada cual mejor.
EliminarHe guardado tu blog en los siguientes a leer cuando haya terminado mi época de exámenes.
Un saludo enorme, seguro que también me gustará.
(Admito haberlo curioseado por encima ya)