Lavinia se sentía cansada, los párpados le pesaban y era la clase
más aburrida a la que había asistido a lo largo de todas sus
prácticas. El profesor explicaba y explicaba cuáles serían los
siguientes pasos para ayudar a una persona recientemente ahogada
cosas que ya ella sabía de sobra.
De repente un zarandeo la despertó, cuando abrió uno de los ojos
vio la cara de Aubrey con una sonrisa pícara.
- La clase ha terminado, no ha dado tiempo de hacer las prácticas.
- Gracias por no haberme despertado antes, lo necesitaba.
- Ya, pretendía dejarte durante la hora del descanso durmiendo pero creo que ese chico guapo te espera a ti. -En la boca de Aubrey se asomó lo que pareció una sonrisa coqueta. -¿Me lo presentarás?
- Si... claro...
- La clase ha terminado, no ha dado tiempo de hacer las prácticas.
- Gracias por no haberme despertado antes, lo necesitaba.
- Ya, pretendía dejarte durante la hora del descanso durmiendo pero creo que ese chico guapo te espera a ti. -En la boca de Aubrey se asomó lo que pareció una sonrisa coqueta. -¿Me lo presentarás?
- Si... claro...
La mirada de Lav seguía clavada en los ojos del chico misterioso del
que hablaba Aubrey, hacía tiempo que no lo veía y lo echaba de
menos pero sentía rabia ya que se había ido sin mediar palabra un
año atrás, no hubo ni siquiera una simple despedida. Después de un
año allí estaba, tras las puertas de cristal mirándola fijamente
apoyado en el muro de piedra que estaba enfrente de aquel edificio.
Sus ojos azules se clavaron en los marrones ojos de Lav.
- ¿Y...? -Aubrey empezaba a desesperarse
- Lo siento, es que no se si quiero tenerlo cerca.
- ¿Tienes miedo?
- Ni de coña.
- Pues corre, está ahí no se que te ocurre pero está ahí. Ya te lo sacaré en otro momento.
- ¿Y...? -Aubrey empezaba a desesperarse
- Lo siento, es que no se si quiero tenerlo cerca.
- ¿Tienes miedo?
- Ni de coña.
- Pues corre, está ahí no se que te ocurre pero está ahí. Ya te lo sacaré en otro momento.
Ese fue el impulso que necesitaba Lav, unas palabras de aliento de la
que ahora se había convertido en su mejor amiga. Corrió hacia la
puerta y cuando se estaba acercando a él gritó su nombre y luego lo
abrazó.
- ¡Dieeeego!
- Hola Lavi.
- No perderás nunca las costumbres.
- ¡Dieeeego!
- Hola Lavi.
- No perderás nunca las costumbres.
Diego era primo de Ian, era como de la familia pero el año anterior
por asuntos de negocio se había tenido que marchar con su padre sin
mediar palabra, no le permitían hablar de cuál era su destino ni
cuándo volvería. Lavinia se apartó de él y lo observó, sus ojos
azules tenían el mismo brillo de siempre, la curvatura de su nariz
era perfecta para su cara fina y su pelo castaño resaltaba sus ojos
pero había cambiado en algo, su modo de vestir, lo recordaba siempre
con chándal ropa que no le favorecía nada pero ahora vestía unos
pantalones vaqueros ajustados y una camiseta de manga hueca color
blanco era irresistible a cualquier chica eso le recordó la posición
de su amiga, quien seguía esperando que la presentara. Fue a
buscarla y enseguida estaba de nuevo al lado de Diego.
- Diego, esta es Aubrey, mi compañera de prácticas.
- Encantado Aubrey -cogió su mano y le besó el dorso en ese instante solo pudo mirar como la cara de su amiga se sonrojaba.
- Bueno, basta de besos. ¿Qué haces aquí?
- Vine por asuntos, ya sabes, con mi padre.
- Ajá, y no se te ocurrió nada más importante que hacer que venir a verme ¿cómo sabías que estaba aquí?
- Mi primo, le pregunté por ti y me dijo que estabas en prácticas muy contenta.
- Diego, esta es Aubrey, mi compañera de prácticas.
- Encantado Aubrey -cogió su mano y le besó el dorso en ese instante solo pudo mirar como la cara de su amiga se sonrojaba.
- Bueno, basta de besos. ¿Qué haces aquí?
- Vine por asuntos, ya sabes, con mi padre.
- Ajá, y no se te ocurrió nada más importante que hacer que venir a verme ¿cómo sabías que estaba aquí?
- Mi primo, le pregunté por ti y me dijo que estabas en prácticas muy contenta.
No sabía porqué pero le molestaba como su amiga coqueteaba con el
que era su amigo, solo era eso, un amigo pero le molestaba, había
venido a verla a ella y no a “Aubrey” Miró el reloj intentando
quitar la vista del coqueteo constante que había surgido
inesperadamente entre esos dos, ya era la hora de volver, cogió sus
cosas y volvió dentro no sin antes decirle a su amiga
- Te espero dentro, te quedan 10 minutos.
- Te espero dentro, te quedan 10 minutos.
Ninguno de los dos había visto a Lav actuar de esa manera
anteriormente y se miraron perplejos a los pocos segundos retomaron
la conversación que mantenían.
- ¿Y cuánto tiempo vas a estar por aquí? -la voz de Aubrey sonó dulce y melodiosa.
- Unos días, los suficientes para arreglar unos asuntos.
- ¿Y qué tipo de asuntos son, si se puede saber?
- No sé explicarlos, ni yo mismo sé lo que debo hacer.
- Está bien eso, ¿piensas pasarte algún día más por aquí? -en su cabeza solo se repetían las mismas palabras <<¡Dios dí que sí!>>
- No lo sé, mira... ¿puedes hablar luego con Lav? No entiendo lo que acaba de suceder, la conozco desde que era pequeña, es como de mi familia y de repente la he sentido tan lejos.
- Hablaré con ella, seguro que solo son unos celos tontos -dijo sin pensar, cuando se dio cuenta de lo dicho ya era tarde.
- ¿Celos? ¿De qué? Oh por Dios, me voy. Deberías volver ahí dentro tú también.
- ¿Y cuánto tiempo vas a estar por aquí? -la voz de Aubrey sonó dulce y melodiosa.
- Unos días, los suficientes para arreglar unos asuntos.
- ¿Y qué tipo de asuntos son, si se puede saber?
- No sé explicarlos, ni yo mismo sé lo que debo hacer.
- Está bien eso, ¿piensas pasarte algún día más por aquí? -en su cabeza solo se repetían las mismas palabras <<¡Dios dí que sí!>>
- No lo sé, mira... ¿puedes hablar luego con Lav? No entiendo lo que acaba de suceder, la conozco desde que era pequeña, es como de mi familia y de repente la he sentido tan lejos.
- Hablaré con ella, seguro que solo son unos celos tontos -dijo sin pensar, cuando se dio cuenta de lo dicho ya era tarde.
- ¿Celos? ¿De qué? Oh por Dios, me voy. Deberías volver ahí dentro tú también.
Aubrey se quedó mirando como Diego se dio la vuelta y se fue, sin
dignarse a decir adiós. Supuso que estaría acostumbrado a tratar así
a las chicas por su belleza pero no, ella no era una cualquiera y ese
tratamiento la enfureció. Recogió su bolso del suelo y volvió
dentro con la intención de buscar a Lav, normal que se fuese sin
despedirse, por lo que se veía era algo que venía de “familia”.
Ya dentro del aula no encontró a Lav, ni en las siguientes horas.
Tal vez se hubiese ido, ya la llamaría a la casa tampoco ella se
encontraba de buen humor.
Oh Dios, me ha encantado! pero el nombre de "Diego" al parecer me persigue hehe XD una historia mía. Sigue así amiga. Un inmenso abrazo :)
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado jajaja. Yo es que me estuve leyendo un libro y el nombre me gustó para el personaje, le da el toque que quiero que le de.
EliminarOtro para ti guapa.
No he tenido tiempo, pero ahora te lo comento este capítulo me deja más intrigada como sabrás! jej, que negocios va hacer el padre de Diego?
ResponderEliminarQue caballero,con ese beso en la mano uhh, no se!! El muchacho de la silla?? habrá alguna historieta de amor? mogollón de preguntas ; )
Felicidades Nora se que nos sorprenderás,lo mejor que ahora ya tienes los temas bien guardados!
Un saludo en la distancia y a disfrutar del resto del verano
Muchas preguntas que se resolverán poco a poco Elisa, eso está claro.
EliminarUn saludo, te espero en el próximo capítulo guapa, DISFRUTA DEL VERANO!!!
¡Increiblemente genial! ¡Felicidades! Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias, los comentarios de la gente y ver que reaccionan de forma positiva me anima a seguir.
EliminarNora, revisa el texto antes de publicarlo, "acudir" a una persona*, le beso la palma de la mano (ES EL DORSO) y cosas así.
ResponderEliminarComo siempre no sé como agradecerte el comentario jajajaja.
Eliminar