Habían pasado unas pocas horas pero el dolor de cabeza de Gin y los
pocos rayos de luz que atravesaban las rejillas de la ventana de
aquel cuarto en el que se encontraba no la dejaban conciliar el sueño
de nuevo. Se incorporó en la cama acolchando la almohada detrás de
su espalda apoyándola en la pared e intentó abrir un poco los ojos,
pero enseguida se vio obligada a cerrarlos de nuevo y acostumbrarse
lentamente a la poca pero dañina, para alguien recién despertado,
luz.
Podían haber transcurrido varios minutos hasta que consiguió abrir
los ojos con total seguridad de no salir perjudicada y fue entonces
cuando se fijó en el mobiliario que la rodeaba, no era su habitación
ni tampoco la de su hermana y mucho menos la de su padre, no podía
encontrar semejanza con ninguna otra estancia anterior.
El ruido de la puerta abriéndose la sacó de su ensimismamiento a la
vez que hizo que encogiese las piernas apretando la sábana contra
ella al ver una pequeña figura de una joven desconocida para ella,
el estrecho camisón rosa que llevaba resaltaba su delgadez al igual
que conseguía resaltar sus pequeñas curvas, entre ellas la que
señalaba el inicio de la cadera. Su rostro reflejaba cierto temor a
ser echada o golpeada con cualquier objeto cercano, lo que relajó a
Gin ya que lo último que esa chica pretendía hacer era dañarla.
Entre sus manos portaba una pequeña bandeja blanca decorada con
florituras verdes y naranjas y en ella se podía ver un pequeño
cuenco con leche caliente y lo que parecía un bol con cereales.
- S..sí.. vamos... eso creo. -Tomó aire para hacer equilibrar su voz y dejar de tartamudear. - ¿Dónde estoy?
- ¿No te acuerdas de mí verdad? Es normal, no me parezco en nada a aquella niña. -Ginger se limitó a mover la cabeza de un lado a otro- Soy Johanna, la hermana de Jeff.
Ginger dejó de centrarse en la conversación, se tomó unos segundos
para aclarar sus ideas. ¿Esa era Johanna? Había cambiado demasiado,
sus pequeños rizos negros cortados a la altura del hombro se habían
convertido en una melena que llegaba a la altura de la cintura y
hacía destacar el claro de sus ojos a la luz, le recordaba mucho a
los ojos de Jeff pero en Johanna hacía un efecto distinto, hacían
más dulces los rasgos de su cara. Su segunda duda era cómo había
llegado hasta allí, la joven que la acompañaba en esos instantes
pareció leer su mente y le respondió sin formular la pregunta en
alto...
- No recuerdo nada la verdad...
- Entonces tuvo que ser fuerte el golpe, ¿quieres comer algo? Si no quieres tendrás que hacerlo no voy a dejar que te vayas sin alimentarte.
- ¿Y Jeff? ¿Dónde está?
- Se pasó la noche despierto en esa silla, -mientras lo decía señaló una silla de cuero negro que estaba virada hacia la cama al lado del escritorio- cuando me desperté hace una hora le mandé a la cama hasta las nueve, le prometí que te cuidaría y estaría atenta a tus cambios.
- Ah... -no podía decir que no le sorprendía pero faltaba algo, su hermana- ¿Y mi …
- Esta mañana llamé a tu casa y le dije que habías pasado la noche en la mía porque mi hermano había bebido demasiado y no podía acercarte y yo no iba a dejarte ir sola a oscuras tan tarde. No te preocupes, está todo solucionado.
- Gracias... pero debería volver a casa para ir después a trabajar.
- Eh, no te preocupes. Tu jefe está durmiendo todavía y queda una hora para que se despierte además puedes utilizar mi ropa, hay prendas que me quedan demasiado grandes y tal vez a ti te queden bien. ¿Qué tal un pullover beige con unos pantalones vaqueros ajustados y un cinto marrón?
- Me parece más que perfecto.
- Bueno, pues iré a buscarlo, tu quédate aquí. No creo que mi hermano se queje de que estés un rato más en su cama.
Bajó las escaleras con cuidado de no hacer ruido y se sentó en una
de las sillas del comedor alargado que se abrió ante sus ojos, a su
lado se acomodó Johanna quien le entabló una conversación acerca
de lo que había sido su vida cuando se mudaron hasta su vuelta
actual. Clases, chicos, deportes, antiguos empleos de su familia, y
una larga lista de la que Gin solo escuchaba las palabras clave para
poder contestar. Había desarrollado esa habilidad con su hermana que
cuando comenzaba a hablar no se callaba e invitaba al aburrimiento. A
las nueve y cinco aproximadamente unos pasos desviaron su mirada
hacia la escalera, Jeff bajaba la escalera a un paso rápido pero no
lo demasiado para que Ginger no pudiese observar cada palmo de su
torso desnudo.
Cuando se percató de la presencia de Gin en el comedor ya era tarde,
ella lo observaba boquiabierta sin ser capaz de decir una sola
palabra, él tampoco supo que decir, nunca la había visto con el
pelo suelto, desconocía la capacidad que tenía aquella melena para
hacer suspirar a los hombres al verla, de repente pensó que era el
único ser en la Tierra que tenía esa belleza. Desechó la idea
inmediatamente y se dirigió a la silla que se encontraba enfrente de
ella.
- Sí, muchas gracias por … no sé... lo que hayas hecho anoche.
- ¿Salvarte quizás?
- Podría decirse así.
- Podría ser así.
Genial, muy buen proyecto Nora!!! Iré leyendo desde el principio... en fin, te sigo. Si te apetece, también te invito a mi blog sobre literatura:
ResponderEliminarhttp://hechodetinta.blogspot.com.es/
Serás bienvenida. Un abrazo!!!
Muchas gracias, espero que te guste mucho tu estancia por mi blog. Yo pasé hace nada por el tuyo a cotillear y los artículos que escribes me parecieron interesantes así que en busca de tiempo para mi encontraré tiempo para seguir cotilleando el tuyo.
Eliminar¡UN GRAN SALUDO!
Hola, llegué hasta aquí a través de blogs amigos y aquí me quedo porque empecé a leer esta historia y me parece que va a continuar...de hecho me he enganchado y no me gustaría quedar sin saber qué ocurre en el siguiente capítulo.
ResponderEliminarEsta historia, con la pérdida de memoria y esa situación extraña en la que despierta la protagonista en casa de su jefe, me gusta.
Un saludo
Rosa
Te invito a visitar también mi blog: http://literaturaavueltas.blogspot.com.es/ donde puedes encontrar algo de poesía y también relatos cortos, algunos llenos de humor, otros sobre temas más serios.Espero te guste.
Estoy en proceso con el siguiente capítulo, así que espero que te guste y te siga enganchando con lo que ocurra después.
EliminarAcabo de pasar por tu blog, no tengo mucho tiempo por lo tanto lei algunos relatos por encima pero tengo que admitir que algunos son realmente hermosos
Espero verte de vez en cuando por aquí.
¡UN BESO ENORME!
Bueno, como ya está el nuevo capítulo espero que te guste un poco más.
ResponderEliminar¡Saludos!